Os invitamos a realizar un recorrido turístico diferente y pensado para los amantes de esos destinos menos populares y solicitados por el gran público, además de muy recomendables para amantes de la arquitectura. Se trata de recorrer algunas de las ciudades más lejanas y recónditas de la antigua Unión Soviética para disfrutar de auténticas joyas de la arquitectura con diseños absolutamente asombrosos.
En la década de los 50 el líder del estado soviético, Joseph Stalin, transformo el perfil de la ciudad de Moscú con numerosos rascacielos y grandes construcciones que se extendieron por todo el país. Torres con ornamentaciones recargadas, cual catedrales góticas o barrocas, a las que el régimen dio prioridad durante los años posteriores al final de la segunda gran guerra. Se trataba de una operación de imagen para engrandecer su figura y la de un régimen cuyo principal objetivo era afianzar un poder centralizado.
Tras la caída de la Unión Soviética en 1991, y el fin del control de sus estados satélites, cada país del antiguo bloque del este necesita diferenciarse y forjar su propio destino y personalidad. Desde Moscú a Astana, pasando por la zona siberiana, os mostramos algunos ejemplos curiosos e impactantes de la arquitectura postsoviética.
Algunos ejemplos mantienen una línea continuista con la grandilocuencia soviética, otros son ejemplos de futurismo exacerbado, mientras que otros son iconos de naciones que quieren mostrar sus credenciales en una nueva era. Tomen buena nota de la ciudad y el país en el que se encuentran y alucinen porque no son recreaciones ni infografías, son ejemplos reales…
