Los trabajadores de los principales aeropuertos de Australia se manifestaron para pedir mejores condiciones salariales y laborales, dentro de una campaña mundial convocada en unos 40 aeropuertos de unos 13 países y que puede causar retrasos en los vuelos.
Los operadores de equipajes, así como los de los mostradores de facturación y los miembros de la seguridad, entre otros, que trabajan en los aeropuertos de Sídney, Melbourne, Brisbane, Adelaida y Perth participaron en la protesta liderada por el Sindicato de los Trabajadores del Transporte (TWU, siglas en inglés).
La protesta se enmarca en una convocatoria del Sindicato Internacional de Empleados de Servicios (SEIU, en inglés) de movilizaciones en 40 aeropuertos en 13 países, incluidos los de JFK en Nueva York, Charles de Gaulle en París y Frankfurt-Flughafen, con el objetivo de denunciar la precariedad laboral.
“Todo lo que pedimos es pagos más justas para trabajadores que lo merecen”, dijo el secretario nacional del TWU, Michael Kaine, en el aeropuerto de Sídney.
Los trabajadores reclaman al Gobierno australiano que obligue a los aeropuertos y aerolíneas a cumplir con los estándares laborales, al insistir en que existe un nexo entre las malas condiciones laborales y la violación de las medidas de seguridad.
Según el TWU, algunas aerolíneas tienen a casi la totalidad de su plantilla operando en jornadas de media jornada.
En contraste, los principales aeropuertos obtuvieron ganancias de 2.000 millones de dólares australianos (1.442 millones de dólares estadounidenses o 1.248 millones de euros) en el año fiscal 2016-17.
La aerolínea australiana Qantas registró un beneficio de 1.600 millones de dólares australianos (1.153 millones de dólares estadounidenses o 998 millones de euros), según el sindicato.
“Los trabajadores de los aeropuertos han visto el deterioro de sus empleos en los últimos años, con una mayoría en jornadas parciales forzadas”, de acuerdo al sindicato, que denuncia “salarios bajos, horarios partidos y condiciones paupérrimas que han obligado a los trabajadores a dormir en las terminales aéreas”.
La protesta se da después de que los trabajadores de la aerolínea Ryanair secundaran la semana pasada una huelga en seis países europeos, incluida España, que obligó a la compañía a cancelar más de 150 vuelos