Los grabados rupestres hispanolusos del Côa y Siega Verde, el Douro Vinhateiro, Oporto o las catedrales de Salamanca, todos Patrimonio de la Humanidad, podrían estar más cerca a ambos lados de la Raya si se reabriera la línea férrea del Duero que alcaldes portugueses quieren recuperar.
Se trata de una vía extinta desde 1988, que en Portugal nace en Oporto y que hoy sólo llega hasta Pocinho, a 30 kilómetros antes de la frontera con Salamanca.
En los últimos meses, diferentes alcaldes portugueses han retomado la idea de su reapertura, avalados por varios informes y por la Unión Europea, que considera este trazado como un eje estratégico de desarrollo.
Por el lado español, hace 33 años se cerraron los 77 kilómetros que unían los pueblos españoles de La Fuente de San Esteban con La Fregeneda, justo en la frontera natural que marca el río Duero.
Con la apertura de esta vía, que en el lado español está protegida como Bien de Interés Cultural, los grabados paleolíticos del Côa (Portugal) y Siega Verde (España), el único Patrimonio de Humanidad hispanoluso, podrían incrementar su potencial de visitas, ya que están ubicados muy cerca de la línea férrea.
Incluso el propio trazado ferroviario hispanoluso entre Pocinho y La Fregeneda sería un nuevo atractivo turístico, ya que discurre por el Parque Natural Arribes del Duero (España) y por el Douro Internacional luso, que en ambos casos forman parte de la Reserva de la Biosfera Transfronteriza Arribes.
Del lado español, los últimos 17 kilómetros de esta línea, que fue inaugurada el 8 de diciembre de 1887, atraviesan 20 túneles y 13 puentes construidos para sortear un nivel de 483 metros, encajonados en el desfiladero por el que discurren los ríos Águeda y Duero.
Gustavo Duarte, alcalde de Vila Nova de Foz Côa, una de las ciudades bañadas por el Duero portugués, explicó hoy a EFE que “la Unión Europea (UE) tiene tal interés que ya nos ha mostrado su apoyo -financiero- por la reapertura de la línea”.
De esta manera, la UE podría financiar hasta dos terceras partes del coste total de la inversión, explicó el regidor.
Del lado portugués, la línea está abierta desde Oporto hasta Pocinho y el Gobierno ha iniciado una serie de inversiones para electrificarla.
Cada año aumenta el número de pasajeros que coge el tren para circular entre Oporto y Pocinho, con un balance en 2017 de 915.000 pasajeros.
En Portugal se han realizado en los últimos años diferentes informes para valorar la reapertura de este trazado internacional, ya que aproximaría el aeropuerto Sá Carneiro de Oporto a España y mejoraría la conexión con la terminal de pasajeros y mercancías del puerto de Leixões de Oporto.
Además, quedaría conectada con la red española de alta velocidad en Salamanca, desde donde el tren tarda una hora y media en llegar a Madrid.
Para que el proyecto tenga más peso y pueda ejecutarse en un futuro próximo, los alcaldes de la región del Duero portugués buscarán reuniones con los dirigentes políticos de la provincia española de Salamanca, para sensibilizarlos de la importancia de la reapertura de esta línea férrea.
El propio alcalde de Peso de Régua, José Manuel Gonçalves ha asegurado públicamente que “no se puede dejar caer este tema”, mientras que el regidor de la ciudad de Torre de Moncorvo, Nuno Gonçalves, considera que esta línea es “esencial” para el desarrollo de esta región.
De manera simbólica, portugueses y españoles escenificaron en el año 2012 el “beso” ferroviario de ambos trenes, para conmemorar la efemérides del 8 de diciembre de 1887 cuando las máquinas de España y Portugal se juntaron por primera vez en el puente internacional del Duero para cubrir el trayecto entre Oporto y Salamanca.