El tren de alta velocidad israelí que conecta las ciudades de Jerusalén y Tel Aviv comenzó a operar ayer regularmente e hizo su primer viaje con pasajeros a bordo desde la ciudad santa hasta el aeropuerto de Ben Gurión, una ruta cuyo trayecto dura 21 minutos, informó la prensa local.
Por ahora, el único destino del ferrocarril, que circula a unos 160 kilómetros por hora, será la principal instalación aeroportuaria de Israel, y los usuarios deberán cambiar de tren en el aeropuerto para continuar su viaje hacia otros puntos del país, concretó el digital Times of Israel.
Próximamente, cuando acaben las obras, el tren llegará hasta Tel Aviv, y finalmente, a la localidad septentrional de Herzliya.
El proyecto para construir la instalación ferroviaria se inició en 2001, y se calcula que tendrá un coste final de unos 2.000 millones de dólares.
Inicialmente se había previsto que el ferrocarril estaría en funcionamiento para 2008, pero la construcción de la infraestructura se ha visto afectada por retrasos prolongados y costos crecientes, con lo que la línea por ahora solo podrá funcionar parcialmente, informó el Jerusalem Post.
Las autoridades israelíes no han anunciado la fecha concreta en que el tren podrá hacer el trayecto completo entre Jerusalén y Tel Aviv, pero esperan tener listas las obras de las instalaciones eléctricas que quedan por finalizar a mediados de 2019.
La construcción de la infraestructura también ha generado polémica al atravesar una pequeña parte del territorio palestino ocupado de Cisjordania, con críticas de la izquierda israelí y de los palestinos por cruzar en dos tramos la línea verde: a su paso por la localidad de Latrún y cerca de la de Mevaseret Zion, próxima a Jerusalén.
La instalación ha supuesto la creación de 38 kilómetros de ramificaciones nuevas en ambas direcciones, una terminal subterránea en Jerusalén, cinco túneles con una longitud total de 37 kilómetros y diez puentes que cubren más de seis kilómetros.