Aún dispones de algunos días de vacaciones y has pensado que estos últimos deben servirte para retomar los buenos hábitos. ¿Y por donde mejor que empezar sino es por la alimentación? En esta ocasión te proponemos que además de corregir una mala alimentación, incorpores a tu dieta alimentos funcionales… ¿cómo?, ¿qué aún no sabes lo que son? ¡Pues vamos a ello!
La alimentación, además de aportarnos nutrientes y saciar nuestra hambre u ofrecer un deleite al paladar puede ayudarnos a prevenir dolencias y mejorar nuestra salud física y mental. Hablamos entonces de “alimentación funcional”, que identifica alimentos que poseen una influencia positiva en alguna o algunas funciones del organismo, además de su adecuada aportación de nutrientes. Se trata de una serie de alimentos, que proporcionan una mejora a nuestro estado de bienestar y también reducen el riesgo de padecer enfermedades.
Alimentos enriquecidos de forma natural.
Cuando observamos ciertos alimentos convencionales como las frutas, verduras, o alimentos integrales, con compuestos bioactivos que ayudan a desarrollar nuestra salud de forma objetiva, hablamos de beneficio funcional, pero también lo hacemos cuando nos referimos a productos alimenticios enriquecidos con alguna sustancia favorables para el bienestar en general.
Tanto griegos como romanos habían establecido ya hace miles de años el vínculo entre alimentación, estilo de vida y salud, pero en la actualidad y principalmente desde principios del siglo XXI se ha llevado a cabo un gran desarrollo de productos alimenticios funcionales en nuestra industria alimenticia.
La dieta mediterránea es un buen ejemplo de una dieta basada en alimentos principalmente funcionales, puesto que predominan las verduras y hortalizas, las frutas, el aceite y donde predomina el pescado frente a la carne. Es por ello que se asocia a una menor mortalidad y a menores afecciones cardiovasculares.
Alimentos funcionales destacados de la dieta mediterránea.
Entre los alimentos podemos identificar los siguientes:
- Legumbres:Lentejas, garbanzos y habas son fuente de ácido fólico.
- Frutas, verduras y hortalizas:Que también son folatos.
- Uvas y vino tinto:Contienen polifenoles antioxidantes.
- Cereales integrales:Protectores contra el cáncer colorrectal.
- Aceite de oliva:Rico en ácidos grasos monoinsaturados.
- Germen de trigo:Contiene tocoferol, un antioxidante natural.
Como nos benefician los alimentos funcionales.
Estos alimentos generan distintos tipos de beneficios y ventajas al actuar en las diferentes funciones de la fisiología humana.
En primer lugar, los antioxidantes de los alimentos funcionales ayudan a las defensas de nuestro organismo a luchar contra los radicales libres.
En lo que se refiere a los procesos metabólicos proporcionan una regulación, en este aspecto, cuando el alimento modifica el tipo de hidrato de carbono y optimiza su liberación, mejora la respuesta glucémica al alimento.
El aparato cardiovascular tiene claros beneficios por parte de la alimentación funcional. Los ácidos grasos de los alimentos influyen positivamente y la adición de ácidos omega-3 a los alimentos benefician la salud. Por otro lado, las fibras solubles que poseen estos alimentos reducen la absorción de colesterol malo. Los alimentos de origen vegetal que contienen flavonoides influyen en la actividad de las células inmunocompetentes e inhiben la formación de factores de adhesión celular.
En lo que concierne al aparato intestinal, los afamados productos alimenticios probióticos, prebióticos y simbióticos favorecen una renovación beneficiosa de la flora intestinal, lo que, a su vez, genera el aumento de bifidobacterias y lactobacilos.
Por otro lado, la mejora de glucólisis sanguínea en los hidratos de carbono favorece una mejora en el rendimiento cognitivo y mental en cuestiones como la memoria, la decisión y la gestión de la información. Así mismo, la cafeína, durante la mañana, también mejora el área cognitiva.
Respecto al rendimiento físico, también la alimentación funcional ofrece beneficios, pues las proteínas junto con hidratos de carbono de alto índice glucémico mejoran la recuperación de los atletas después del ejercicio. Son dos nutrientes que pueden combinarse en un producto potencialmente funcional.
También las bebidas de rehidratación oral nos proporcionan una mejora en el rendimiento y alargan la llegada de la fatiga. Se absorben de forma rápida y favorecen el vaciado gástrico, además de regular la temperatura corporal.
Por último, añadir que, además de incorporar una alimentación funcional a nuestra dieta, es muy importante que sigamos un estilo de vida saludable, y realicemos asiduamente ejercicio físico. La combinación de los tres factores proporcionará, sin duda, una mejora de nuestra calidad de vida, salud y la reducción del riesgo a padecer ciertas patologías.
Ahora ya estás listo para esa mejora en tu dieta, pero además ya conoces los principales alimentos funcionales para enriquecerla si deseas potenciar ese enriquecimiento de tu salud física. ¡Adelante con esos días de “nutritivas” vacaciones!