A la hora de irnos de viaje hay muchos factores que tenemos en cuenta. Además del atractivo del destino y de la climatología, la gastronomía del país o ciudad es determinante para el viajero.
Aunque sobre gustos no hay nada escrito según diversos estudios hay puntos de la geografía mundial que conquistan, muy especialmente, por el estómago.
En primer lugar encontramos Hong Kong una de las urbes más grandes del mundo y que además ofrece una oferta culinaria curiosa en el sentido de que las mejores opciones no se encuentran en restaurantes de estrellas Michelín si no en los puestos callejeros. Además, son expertos en mezclar las técnicas más tradicionales con influencias de otros rincones de Asia. Platos como el Dim Sum, los fideos wonton y el ‘poi choi’ son disfrutados cada año por millones de turistas.
En el pódium se encuentra también Sao Paolo, en Brasil, que durante los últimos años ha irrumpido con fuerza entre los destinos gastronómico. La riqueza cultural y étnica de esta ciudad se refleja en su manera de comer. Al igual que hemos mencionado en el caso de Hong Kong, existe también mucha “comida callejera” como las recomendables ‘coixinhas’ (croquetas de pollo) o el ‘churrasco grego’ (hebras de carne asada con legumbres en pan de pita).
Siguen en la lista ciudades como Kuala Lumpur, un destino foodie que es internacionalmente conocido por sus ‘noodles’ preparados de mil maneras como en el Hokkien Mee, noodles fritos con salsa de soja, pollo, carne, sepia y cortezas de cerdo. Respecto a la carne son muy populares los pinchitos ‘Satay’ elaborados a la brasa y con salsa de cacahuetes, pepinos y croquetas de arroz.
Ya dentro de Europa podemos mencionar Atenas, donde la cocina tradicional griega nos ofrece un sin ´fin de posibilidades’ basadas en los ingredientes de la dieta mediterránea mezclados con un uso adecuado de las especias y hierbas aromáticas junto al aceite de oliva. Algunos platos típicos son la pasta rellena de espinacas o Spanokopita, la pasta rellena de queso feta o Tyropita, el queso frito o Saganaki o las albóndigas fritas con orégano y menta. Entre los licores detaca el famoso ‘Ouzo’ un licor de sabor dulce y entre 37 y 50 grados de alcohol.
Se cuela en la lista de destinos una ciudad española, Granada, que ofrece una gastronomía arábigo-andaluza. De la herencia árabe pervive el uso de especias mientras que las materias primas varían según la comarca. Las habas con jamón, las patatas ‘A lo pobre’, los pucheros y los guisos además de los dulces de convento son algunas de las opciones que encontraremos, sin olvidar las ‘tapas’ como la ‘bomba’, la ‘pipirrana’ que se dan al cliente de forma gratuita al pedir una bebida.
Otro destino que está emergiendo es Varsovia, la comida polaca es bastante fuerte y está llena de especias. Entre las bebidas destaca la cerveza, que además tiene un precio muy económico pudiendo encontrar medio litro por un euro. Si callejeamos por la ciudad y no queremos perder tiempo en restaurantes podemos optar por tomar una Zapiekanka, una media baguette rellena de champiñón, queso y verduras o unas pastas rellenas con forma de empanadillas llamadas Pierogi. Son muy típicas también las sopas a base de harina fermentada que se sirven tradicionalmente en hogazas de pan vacías, una de las más clásicas es la “Barszcz biały”, que se mezcla con huevo cocido, cebolla frita, salchichas y se sirve con patata cocida.
No podemos olvidarnos de otro de los destinos con más sabor, Buenos Aires una ciudad con una gastronomía muy carnívora y con una fuerte influencia italiana. Una de las comidas más típicas es el asado argentino, que consiste en carne de ternera y embutidos asados sobre las brasas de la barbacoa, suele acompañarse con salsa chimichurri. De herencia española les vienen las empanadillas que suelen incluir en su relleno carne, queso o maíz. Muy extendido está también el choripán, pan francés relleno de chorizo y aderezado con chimichurri. A los más golosos les encantará el dulce de leche untado en tostadas o bizcochos o los tradicionales alfajores.
A la vista está que viajar es un placer para todos los sentidos, incluido el gusto ¡Llena tu maleta da hambre y sal a devorar el mundo!.